MODOS DE VIDA DE COMUNIDADES HUMANAS
Pese al conflicto que se ha generado entre las empresas y las comunidades rurales, por la explotación de los recursos eco sistémicos, se buscan unas estrategias con las cuales se pueda llegar a un acuerdo y un equilibrio para que tanto las comunidades no se queden sin sus propios recursos y la empresas puedan seguir con sus producciones.
Según el DANE el 25% de los colombianos habitan en el campo. Ello con el fin de ampliar un panorama, el cual permite que se pueda tener un mayor conocimiento acerca del daño que causan las decisiones nacionales y globales con la explotación de los recursos. Debido a estos excesos, distintas comunidades se han visto afectadas por las actividades que generan problemáticas sociales
PUEBLOS INDÍGENAS Y COMUNIDADES AFROCOLOMBIANAS
Las comunidades indígenas ocupan en Colombia un lugar importante en población debido a que ellos manejan sus propios sistemas de manejo y gobernanza en gestión de la biodiversidad, con ello la constitución política reconoció como patrimonio de la nación la diversidad de étnica y cultural del país, la cual se manifiesta en la existencia de más de 83 pueblos indígenas hablantes de aproximadamente 68 lenguas y 292 dialectos.
Este v informe nacional de la biodiversidad en Colombia, señala que en la región caribe habitan 10 pueblos indígenas en gran diversidad de ecosistemas, desde desiertos y bosque seco, hasta humedales y alta montaña, anexo a ello hacer referencia en que son lo que ocupan más territorio rural y a los cuales se les ha causado una grave daño.
HABITANTES URBANOS Y SERVICIOS ECOSISTÉMICOS
El modelo urbano-rural colombiano es el resultado de casi un siglo de dinámicas sociales, políticas y económicas, no necesariamente planificadas, y los efectos en el largo plazo aún no están cabalmente entendidos en términos de la relación de dependencia entre los ecosistemas y sus SE y el bienestar de los ciudadanos.
En Colombia, los beneficios provenientes de los ecosistemas naturales de alta montaña, páramos, bosques de niebla, humedales, entre otros, son notorios e inciden en la disponibilidad de agua en términos de flujos y calidad, con un importante efecto sobre los costos de suministrar agua potable a las ciudades.
Colombia, las Según datos del último Censo General de Población (2005), el 74,3% de los 42.888.594 de habitantes del país vivía en cabeceras municipales o distritales, es decir 31.886.602 de personas.
Las poblaciones urbanas son las responsables de los mayores niveles de consumo y la mayor producción de residuos en el mundo. La provisión de agua limpia, su depuración, y la regulación de los extremos hidrológicos son los SE más evidentes en la relación de los habitantes urbanos con la biodiversidad.
“En el 2007 la Declaración de las Partes de Curitiba del CDB señala que las ciu- dades ocupan el 2% de la superficie del planeta, pero sus residentes consumen el 75% de los recursos totales que proveen los ecosistemas”.
De acuerdo con estimaciones de la Política de Gestión Ambiental Urbana publicada en el 2008 por el MAVDT (hoy MADS), se estima que para el 2020 el 80% de la población colombiana será urbana, la tendencia coincide con las proyecciones de países de otras latitudes. Si bien el país no ha sido ajeno a los esfuerzos conceptuales y políticos para lograr una mayor sostenibilidad ambiental en las ciudades y fortalecer los vínculos con los entornos circundantes, la transformación de los ecosiste- mas, la deficiente calidad ambiental de las ciudades y la falta de planeación en la relación entre lo urbano y lo rural, ponen en evidencia la necesidad de propuestas más ecosistémicas y territoriales. La calidad de vida en los cen- tros urbanos depende de la base biofísica, sus funciones y los SE que ellos sustentan para las ciudades.